viernes, 31 de diciembre de 2010

No hay mayor locura que aceptar el mundo como es

Tres instantes
Hoy yo quiero conocer a la diosa
A galope tembloroso, ser uno con lo etéreo
Quiero tocar las estrellas, nadar en tus canales, explorar aquel abismo que de maravillas y perdición es rumorado.
Hoy yo quiero conquistar esos países, tus tierras astrales de inagotable luz
Sentirme cegado, asirme de tus alas y ser pagano de tu inquisición
Cantemos en lenguas e interpretemos tragedias, mezclémonos en la tierra y en el barro
En las plantas de tus prados y en los ríos de tus montañas
Porque la luz que me desmaya es clara y amplia, como tu paso de batallón.
Pretendo volverme embarcación, navegante de tu aliento y de tu océano, imaginar mis velas de tus telares y hacer mi guía en los astros de tu firmamento.
Soy sombra de tu reflejo, tú eres reflejo de mi sombra, eres jardín de mi árbol.
A cada instante desperdiciado quiero dar tres aprovechados.
Para volar y aspirarte en tus vientos arremolinados
Para navegar y exhalarte en tus océanos inexorables
Para cristalizarme e intentar contener tus imperios tornasolados
Con tres instantes que doten a mis pulmones de inhalaciones para vacio
Que calcen mis pies para dar pasos en tu universo, de brillo y belleza, de cuerpos cósmicos de incontenible fusión.
 Hagamos espacio para dar certeza a tantas posibilidades, y no suframos mas la pena que  nuestro criterio genera.
Juntos volemos, sin salvarnos.


1 comentario:

Dama Verde dijo...

Volar, sin salvarse:
algo común en estos tiempos en que nada es seguro...aparentemente.